Existen muchos escape room en Madrid que ponen a prueba los sentidos. The Darkest Room pone a prueba carecer totalmente de uno: la vista.
Desde el 21 de enero, The Darkest Room tiene sus puertas abiertas en la calle Palencia nº 31. Entre los metros de Cuatro Caminos y Nuevos Ministerios.
Ha pasado un año desde que sus tres socias empezaran a desarrollar la idea con una voluntad determinante: la inclusión, la accesibilidad. Poner al alcance de las personas con discapacidad visual una actividad de ocio en auge que debe estarlo para todos.
El primer motivo que les ha impulsado a innovar en este sector, según palabras de Beatriz Bosch, una de las socias, es que “sabemos por nuestra propia experiencia que los aficionados a los escape room siempre buscan algo nuevo, rompedor, que les ponga a prueba, que sea un reto. Y, ¿hay mayor reto que privar de la principal fuente de información: nuestros ojos?”
The Darkest Room abre sus puertas con su primera sala llamada “La Revolución de los Murciélagos”. En ella, los jugadores (ahora llamados “los murciélagos”), se pondrán en la piel de los rebeldes de La Madriguera. Tendrán que extraer información relevante sobre lo que oculta el estado tiránico de las profundidades de Madrid, que controla a sus habitantes restringiendo el acceso a la luz. Estas limitaciones han provocado que muchos de ellos evolucionen súper desarrollando sus otros sentidos.
Con esta introducción a un mundo post apocalíptico nace el primer escape room en Madrid creado para jugarse totalmente a oscuras, pero sin sustos ni elementos de terror. Con acertijos nuevos e innovadores: audios, olores, vibraciones, pruebas con tacto y hasta con aire. Una aventura multisensorial apta para todo el mundo.
“La accesibilidad bien entendida nunca debe ir en detrimento de la experiencia”, recalca Beatriz.