Hacer un escape room a ciegas: una forma diferente de jugar

Escape Room Madrid

En The Darkest Room ya llevamos 3 meses abiertos. En este tiempo, ya nos vamos haciendo una idea de lo que supone jugar a ciegas un escape room.

Como nos han dicho muchos jugadores, es como si volvieran a hacer un escape room por primera vez. En este caso poco de lo aprendido anteriormente sirve. Más que la experiencia, muy necesaria para realizar con éxito la mayoría de escape room Madrid, en The Darkest Room tienen mucho peso 3 factores:

  • El sentido de la orientación.
  • La meticulosidad a la hora de investigar (esto también en los demás escapes, pero en este caso con las manos).
  • La focalización: saltar de enigma en enigma puede ayudar en otras salas para no estancarse. En esta, al no verlos, es más complicado volver sobre un enigma anterior y puede suponer mucha pérdida de tiempo.

A este respecto, una de las observaciones más curiosas que nos han hecho, es que se olvida más fácilmente lo que has hecho hace unos segundos/minutos. Esta puede ser una percepción individual y no pretendemos que sea tomada como un hecho científico. Pero parece ser que hay personas que necesitan el recuerdo visual para concatenar acontecimientos en un lapso corto de tiempo.

La percepción del espacio es un tema interesantísimo. Una vez acabado el juego, enseñamos la sala de escape a los grupos que quieren verla. La reacción suele ser de sorpresa, pero por motivos muy diversos. En cuanto al tamaño no hay una percepción mayoritaria: unos dicen que se la imaginaban más grande, otros que más pequeña, y muy pocos que se la imaginaban de exactamente ese tamaño.

En cuanto a la forma de la sala, sin hacer spoiler, es curioso comprobar cómo cambia la percepción del ancho y largo según cómo te desplaces por ella. Si no hay un punto de referencia o algo que ir tocando, 3 metros se pueden hacer eternos y parecer 10. Y viceversa.

Por último, los gazapos:

  • Confundir huecos con pasadizos.
  • Confundirse de persona a la que hablas… o tocas
  • Creer estar en un sitio y estar en otro.
  • Creer que hay alguien y empezar a hablar solo o sola…

Momentos muy divertidos que nos regaláis, que aunque algunos ya empiezan a ser comunes, el ser humano nunca deja de sorprendernos. 🙂

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